lunes, 12 de abril de 2010

empecemos desde ahora

Este sábado se confirmó sobre el perfecto cesped del Bernabéu que la diferencia entre el Barça y el Madrí es fundamentalmente de identidad de juego. El primero la tiene, el segundo no. Se han cambiado las tornas. El equipo merengue juega por momentos, confiado en la resolución de sus figuras. Cuando el equipo contrario se posiciona bien y resiste los embites, cuesta ganar. Si además los crack no están finos -es dificil la regularidad cósmica- entonces se pierde. En ninguna situación se disfruta de fútbol. Porque al bernabéu le aburre la desidia, la falta de lucha, la soberbia. Puede disfrutar con un equipo que no sea notable técnicamente, si éste busca la victoria 95 minutos. Y es que eso era lo que diferenciaba al Real Madrid del resto. La gran herencia blanca que pasaba de veteranos a noveles. Su identidad. Los noventa minuti molto longos en el Bernabéu que decía Juanito. Un equipo hecho para buscar la victoria, irreductible, incansable, que nunca se rinde..."sale el Madrí a luchar, sale el Madrí a ganar"...que dice Plácido. Así pues volvamos la mirada a la fábrica y recuperemos nuestra identidad de siempre. Tenemos siete oportunidades a la vuelta de la esquina.
¡Hala Madrí!

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